Los Templarios se Consolidan

La dualidad de Monjes y guerreros que tenían los Templarios los llenó de popularidad. De toda Europa brotaban los voluntarios para ingresar a la orden, as como las donaciones, los regalos y las prebendas. Ser templario no era fácil, primero se debía tener un origen noble o al menos guerrero, había que renunciar a todas las posesiones terrenales (o, mejor aun, pasarlas a la orden) y se debía entrenar arduamente, para acabar de completar, se debían hacer votos de pobreza piedad y, mas doloroso para cualquier guerrero, de castidad. 

Los templarios eran dirigidos localmente por un maestro que tenia a su cargo la conducción de la orden tanto militar como organizacional y financiera. Estos Maestros locales a su vez, eran dirigidos por el Gran Maestro Templario, quien era la cabeza visible de la orden y el gran emisario ante el papa y los reyes. El de Gran Maestro era un puesto vitalicio, pero dado el carácter bélico de la orden, el reinado de un Gran Maestro duraba relativamente poco. El primer gran Maestro Templario fue el mismo Hughes de Payens y en total fueron 23 en la etapa pública de la orden.

El papel de los Templarios en Outremer fue definitivo, en las siguientes cruzadas su participación fue decisiva ya fuera en el éxito en el fracaso. Sus enemigos se multiplicaron en esa época, muchas veces se les acusó de tener tratos secretos con los califas y con organizaciones judías de la región. Muchos los culparon a ellos de las derrotas en las siguientes cruzadas pues al parecer, los caballeros templarios tenían una agenda diferente al del resto de los cruzados. Unas veces, luchaban con fiereza como en la cruzada de San Luís Rey, pero otras veces, como en la Batalla de Hattin, se negaban a participar o simplemente actuaban como amateurs.

Los califas eran la máxima autoridad temporal y espiritual de la comunidad musulmana.

Pero la Orden del Temple no era solo una organización bélica, también constituyeron el primer gran banco multinacional de la historia. Muy pronto los hombres descubrieron que se podía ser templario sin tener que ir hasta Outremer. Como parte de su protección para los peregrinos, los Templarios fomentaron un complicado sistema de letras de cambio que era típico de la comunidad judía. En este sistema el peregrino daba sus pertenencias a la orden local mas un costo por el servicio, y, al llegar al destino, mediante una carta sellada podría recuperar sus bienes acudiendo a la oficina de la Orden en el lugar del destino. También hacían préstamos a los gobiernos locales.

Apenas 100 años después de fundada la orden, esta ya se mostraba al mundo como la organización más poderosa. Con miles de propiedades en todos los países de Europa, Asia Menor y el norte de África. Entre las reliquias que se creía, poseía la Orden ya fuera por haberlas encontrado en batalla o por haberlas adquirido mediante sus transacciones financieras estaban un pedazo de la verdadera Cruz, la Lanza del destino (la famosa lanza con la que atravesaron a Jesús), el santo sudario (el polémico sudario de Turín fue encontrado en la casa de los descendientes de uno de los últimos templarios Geoffroy de Charny. 



La Lanza del destino


El Santo Sudario

Pero de estas reliquias adquiridas, una en especial fue de gran importancia para la Orden, pues su posesión marco el comienzo del fin de la orden como organismo publico. Al parecer en el gran saqueo a Constantinopla, la orden se hizo al control de una imagen, algunos sostienen que un sudario, otros piensan que era una estatua (un busto) mientras que algunos afirman que era una cabeza embalsamada. Los templarios le pusieron a dicha reliquia el nombre de Baphomet.


Baphomet para algunos era el sudario de Jesús, para otros, la cabeza embalsamada de Juan el Bautista, otros dicen que es una imagen de Mahoma y aun otros ven en Baphomet a la cabeza autómata parlante que hizo famoso al papa Silvestre II.


El automata de los 3 rostros

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